1 DE AGOSTO DE 2019: 10º ANIVERSARIO ANIMALFISIO
Sin saberlo habíamos iniciado un camino duro y arduo pero a la vez lleno de buenos momentos. Un camino en el que nos han acompañado un montón de personas (Natia, Pati, María José, Esther, Yolanda o Álvaro, por nombrar algunos) y que han aportado su granito de arena para que ahora seamos como somos.
Quieres saber cómo ocurrió y qué pretendemos. No te lo pierdas.
Miguel llegó un día y me dijo: “Nicolás (usa mi nombre completo para las cosas serias) los inquilinos del local me han dicho que lo dejan por culpa de la crisis. (Pausa)… Y he pensado que es el momento de abrir una clínica.” Mi respuesta evidente en aquellos tiempos fue: “ ¡¿En serio. En plena crisis?!
La segunda vez que insistió, a penas varios segundos después, ya no pude negarme. Me encontraba sin trabajo, con tiempo libre y le dije: “¿Vale! Pero no nos gastamos mucho dinero. Pintamos el local, le cambiamos la puerta principal y le hacemos las mínimas divisiones posibles; y lo vamos haciendo poco a poco.” Corría el mes de febrero. Pedimos los permisos pertinentes e iniciamos las reformas.
Al final el “ya que estamos” nos llevó a hacer más de lo que habíamos pensado, pero fuimos paso por paso por las tardes e incluso los fines de semana.
Cuando el mes de Julio ya pasaba de la mitad el local estaba prácticamente acabado y empezamos a pensar en la fecha para abrir.
En Agosto, en Almería tenemos la Feria en la segunda quincena y en ese momento era las únicas fechas en que se podría cerrar la clínica para unas vacaciones. Así que le comenté: “Miguel creo que lo mejor es que lo dejemos y abramos en Septiembre.” En cambio Miguel, como buen escorpio, propuso: ¡No! Vamos a abrir el 1 de Agosto. Quince días, aunque luego cerremos para las vacaciones.” Y así lo hicimos.
Desde Agosto a Noviembre, mes en que Miguel dejó de trabajar para la protectora, yo abría solo por las mañanas (quiero decir que estaba solo, sin tilde). Ni os cuento los nervios que pasaba cuando entraba alguno de nuestros primeros clientes y yo tenia que defender el negocio. Yo sólo podía venderles alimentación y cogerles cita para por las tardes que era cuando Miguel se incorporaba. Algunas veces cuando conseguíamos alguna cita de peluquería venia Natia (diminutivo de Natalia), maravillosa persona y amiga, nuestra primera peluquera; así, al menos, mientras duraba la peluquería, me hacía compañía, a veces un ratito más. ¡Dios, qué tiempos!
Nuestra obsesión, desde un principio, fue que el cliente que venía con su mascota se sintiese como en casa, por eso no quisimos que nuestra clínica se pareciese a lo que en aquel momento existía, y desde entonces hemos estado buscando y añadiendo cosas a nuestro espacio y servicio para cumplir con esta máxima.
Son nuestros clientes los que deben decir si lo hemos conseguido o no, pero, por nuestra parte, he de decir que no hemos dejado de intentarlo.
Ahora, después de diez años, que se dice pronto, ya no estamos solos. En este momento Carla, Carmen y Natalia (curiosamente, peluquera como la primera) nos acompañan a Miguel y a mí en este viaje. Ya no tenemos que cerrar la clínica si queremos irnos de vacaciones; y, por fin, el año pasado, por primera vez, nos pudimos tomar un mes entero de vacaciones (la vida del autónomo).
¿Qué nos depara el futuro?
No lo sabemos, como todo el mundo, pero vamos a seguir trabajando para mantener la salud de nuestras mascotas, pues es así como lo vemos nosotros: las tratamos como si fueran nuestras. Y hacer que sus familias se sientan como en casa, encuentren un espacio agradable donde poder estar a gusto mientras sus mascotas son tratadas, y sentir que su salud esta en manos de profesionales que se preocupan por ellas, y que no dejan de ampliar conocimientos para tener más recursos para su cuidado.
Vamos a seguir trabajando para que la imagen tradicional de clínica veterinaria de un giro de ciento ochenta grados. Una mascota no es sólo un animal de compañía; es alguien más de la familia, es un ser que nos acompaña y nos es fiel. Y requiere los mismos cuidados que nos gustaría para nosotros.
Si sientes ésto como nosotros, nos llamamos Animalfisio, y llevamos 10 años dedicados a hacer realidad esta filosofía de trabajo y de atención
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